Son las 10.30h de la mañana, después de una hora trabajando empiezas a entrar en ese estado mental y físico en el que todo trabajador del conocimiento quiere entrar y muy pocas veces consigue, el llamado estado de “Flow” o “genialidad” donde todo te sale a la primera, donde las ideas emanan como una fuente inagotable de sabiduría, ese estado donde tu creatividad no tiene límites, ese momento donde grandes artistas y genios han encontrado, provocando que consiguieran sus mejores descubrimientos, composiciones o soluciones a problemas mundiales…… ese estado no es solo exclusivo de este tipo de personajes sino que tu, yo y el resto del mundo lo necesitamos tanto en cuanto queramos sacar el máximo provecho a nuestros recursos y capacidades, ahora imagínate que de repente alguien te pone la mano en tu hombro… justo en ese momento de genialidad, justo cuando has empezado a conectar con la fuente infinita y todos los astros se han alineado para hacer llegar a tu cabeza una cantidad de ideas propias de una genio, esas que tanto tiempo llevabas buscando, miras hacia detrás y ves que es tu compañero, tu lo miras a los ojos atónito, haciéndole ver que en ese momento no le puedes atender, pero ni corto ni perezoso te interrumpe y empieza a contarte el último video que ha visto en Youtube.
Esta pequeña historia podría ser una anécdota de cualquiera de las oficinas, empresas o centros de trabajo que hay en el mundo, sin embargo es más bien el reflejo y la realidad de la inmensa mayoría de trabajadores, equipos y empresas. Nos enfrentamos al mayor reto de la era del conocimiento, las distracciones y las interrupciones, esto aunque pueda parecer imposible se puede minimizar y casi eliminar en la medida que las empresas formen a sus trabajadores y colaboradores y a su vez extiendan esta filosofía a sus clientes haciéndoles ver que esta nueva forma de trabajar es el secreto para poder ofrecerles los mejores productos o servicios.
“La diferencia entre el máximo rendimiento y el bajo rendimiento no es la habilidad ni la inteligencia, sino el estado en el que se encuentra el cuerpo y la mente” Tony Robbins
Esta magnífica frase es una buena manera de entender la importancia de ponerse en el estado deseado si queremos realizar nuestro trabajo de forma excelente, mejor diría de hacer uso de nuestro verdadero talento, eso que todos llevamos dentro y que muchas veces no llegamos a sacar a flote. Veamos como se puede conseguir esto en entornos de trabajo compartido o colaborativo;
Sitiando tu lugar de trabajo:
Esto es crear un cortafuegos, ¿Qué es eso de un cortafuegos? Son medidas preventivas y proactivas que utilizaremos para hacer ver al resto de compañeros y colaboradores que estoy trabajando y no debo ni tengo que ser molestado, y esto los vamos a conseguir mediante señales externas, hay varias formas de indicar al resto de tus compañeros que estas trabajando en alguna tarea que necesita de ti, tu creatividad, talento y concentración, te muestro a continuación algunas de ellas:
Estas son algunas de las medidas que puedes utilizar y que te aseguro te ayudaran a realizar el trabajo de una forma más eficiente y más creativa. En la era del trabajador del conocimiento tener la capacidad de ponerse en el estado deseado es de vital importancia, de no conseguirlo, los resultados seguramente no serán los deseados.
¿Utilizabas ya alguna de estas técnicas? ¿Cuéntame las que utilices? ¿Cómo te afectan las interrupciones y la falta de concentración?